Lana de los Pirineos

En primavera u otoño, los esquiladores van de finca en finca y cosechan aproximadamente 2 kg de lana por animal. Una vez seleccionada, la lana viaja a diferentes talleres de la industria textil. El primer paso es lavarlo con agua caliente para eliminar todas las impurezas.

Una vez seca, la lana pierde aproximadamente la mitad de su peso inicial. 

Luego viene la etapa de cardaje lana que consiste en desenredar, peinar y airear las fibras textiles. La palabra "cardar" proviene de "cardo", una planta espinosa que crece a lo largo de los caminos. Antiguamente se utilizaban ramilletes de cardos para frotar los vellones y obtener una lana más suave y limpia.

Hoy en día utilizamos una cardadora equipada con rodillos recubiertos de miles de pequeñas puntas finas de metal lo que facilita este trabajo.

La fase de cardado prepara las fibras para hilar la lana. Entonces obtenemos un velo de lana que se conserva tal cual para hacer mantas acolchadas o edredones de lana. Pero para hacer hilo, el velo se transporta a una hiladora que permite obtener un hilo fuerte.

Las bobinas de lana hilada obtenidas se utilizan luego para la tejeduría. Para ello se utiliza un telar o máquina de tejer.